lunes, 28 de junio de 2010

WE TRIPANTÜ, celebración en el Colegio





WE TRIPANTÜ Año Nuevo Mapuche
El We Tripantü es la celebración del inicio de un nuevo ciclo de la Vida en la Ñuke Mapu, la Madre Tierra, marcado por la ocurrencia del Solsticio de Invierno, el momento cuando la Tierra ha alcanzado la mayor distancia del Sol, y comienza su regreso hacia él. Es este fenómeno astronómico y su influencia sobre la Naturaleza la que el Pueblo Mapuche observó y comprendió tan sabiamente, dándole un carácter ritual y simbólico. El Solsticio marca el fin de un ciclo y el comienzo de otro, la ‘muerte del Sol y su posterior Renacimiento’. Cuando el sol hace su regreso paulatino ocurre el Wüñoi Tripantü, traducido como ‘el regreso de la salida del sol’ (el lapso correspondiente entre la medianoche hacia el amanecer), el que trae consigo muchas energías, y el despertar de toda la naturaleza, vertientes, ríos, volcanes, cerros, montañas, animales, árboles, pájaros, personas, piedras, insectos, estrellas; se acumulan enormes cantidades de energías emanadas desde la tierra, del cosmos y la naturaleza, que permiten dar paso a una Nueva Vida en la Tierra. Es decir, en el momento de mayor apogeo o acumulación de fuerzas cósmicas y en el momento de asomarse el sol se produce el We Tripantü, ‘la Nueva Salida del Sol’ (de We: nueva; Tripan: salida; Antü: Sol) o Año Nuevo Mapuche, y desde ahí comienza otro ciclo de Vida en el Mundo Mapuche y en la Ñuke Mapu. Al acercarse el Sol, se recibe más calor, el Sol da vida a la tierra, da más brotes a las plantas, la fertilidad comienza a expresarse. Hay más Newen (Fuerza espiritual).

Este fenómeno del nuevo despertar se produce en el momento después del profundo descanso que ha experimentado la tierra y la naturaleza, conocido como Rimü o Rimüngen (zambullida o tiempo de descanso), y esto ocurre cuando todos los componentes de la naturaleza y el cosmos en éste lado del hemisferio (sur), devuelven y retro-alimentan a la tierra con sus energías.


La celebración del We Tripantü coincide además con diversas celebraciones que los Pueblos Indígenas del Hemisferio Sur realizan por estos días: el Marat’aqa por el Pueblo Aymará; el Inti Raymi por los Quechuas; la Fiesta del Agua por los Likan Antai. ¿Qué quiere decir esto?, ¿hay alguna coincidencia?. Pues claro, y esa coincidencia nos ayudará a entender más porque los Pueblos Originarios del Hemisferio Sur celebran por estos días el Año Nuevo.


Desde tiempos inmemoriales los pueblos indígenas han identificado los Equinoccios y Solsticios, examinando el comportamiento de su entorno natural en dichos momentos o a partir de ellos. De acuerdo a esas observaciones, trazaron calendarios cíclicos que les permitieron llevar una convivencia armónica con la naturaleza. La profunda espiritualidad indígena está directamente
relacionada con la naturaleza que es la que da la vida.

Los Solsticios son aquellos momentos del año en que, visto desde la Tierra, el Sol alcanza su máxima posición meridional (al sur) o boreal (al norte) producto de la inclinación axial del eje de la Tierra y del movimiento de traslación de nuestro planeta alrededor del Sol: es el momento cuando la Tierra ha alcanzado la posición más alejada del Sol en su órbita elíptica espacial. Esto provoca que hayan Solsticios de Invierno y de Verano en ambos hemisferios, pero en fechas contrapuestas. Nos interesa por ahora el Solsticio de Invierno en nuestro Hemisferio Sur, el que ocurre entre el 20 y 24 de Junio (fecha en la cual se registra el Solsticio de Verano en el Hemisferio Norte) en el que se presenta el día más corto y la noche más larga del año; luego de este momento, los días comienzan a alargarse y las noches a acortarse, es decir ‘el Sol comienza a acercarse’ nuevamente a la Tierra, entregando su fuerza y energía, el Newen para el rebrote de la Vida.

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