Estuvimos invitados a celebrar la llegada del invierno. Bueno, el invierno sí llegó y nosotros casi nos quedamos. Nuestro grupo, este año notablemente más grande que años anteriores, se dirigió hacia la Laguna de los Patos. Habiendo llegado, íbamos a saludar bien el invierno con "Laurentia mein", pero ahora la lluvia si nos ganó y tocó salvarse por debajo del techo del casino. Al salvo, cantabamos, disfrutabamos chocolate caliente y pastel, para "luego retirarnos al calor de nuestros hogares", como bien decía la invitación. Queda felicitarle a nuestra querida Marleen, mamá de Violeta, que disfrutó de las velas en su cumpleaños sin tener que apagarlas. Horst
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